Monterrey, N.L. – La muerte de una menor en un accidente vial en el municipio de Guadalupe ha causado indignación en todo Nuevo León. El trágico suceso, que ocurrió el pasado domingo 10 de noviembre, fue provocado por un conductor aparentemente en estado de ebriedad. La víctima, una niña de 8 años, viajaba en un vehículo que fue impactado por un auto conducido por un hombre que, según las autoridades, circulaba bajo los efectos del alcohol. El percance ocurrió en el cruce de la avenida Adolfo López Mateos y el Bulevar Miguel de la Madrid alrededor de las 6:13 horas.
Este lamentable suceso no es un caso aislado. En el estado, las muertes de menores en accidentes viales se han convertido en una problemática constante. En agosto de 2022, Nataly Sofía, de tan solo 7 años, perdió la vida en un accidente similar en el municipio de Juárez. Según la denuncia de su madre, la responsable del hecho, identificada como Mariela, de 20 años, manejaba en estado de ebriedad y al invadir el carril contrario, impactó el vehículo en el que viajaba la niña junto a su padre. A pesar de que Mariela fue sentenciada a seis años de prisión en octubre de 2023, la mujer sigue libre debido a un amparo.
El dolor de las madres afectadas por estas tragedias es palpable. Paloma Cruz, madre de Nataly, ha luchado incansablemente por justicia para su hija, enfrentando irregularidades en el caso. “No ha sido fácil, pero seguiré buscando justicia”, declaró Paloma, quien ha creado una página en redes sociales para visibilizar el caso y exigir castigo para la responsable.
Otro caso que ha conmovido a la comunidad fue el de Keylin Valeria, quien falleció tras ser golpeada por un poste que cayó sobre su vehículo en el municipio de Guadalupe. Según la denuncia de su madre, el accidente ocurrió cuando un camión de mudanzas tiró cables de energía eléctrica, lo que provocó la caída del poste que causó la muerte de Keylin. La familia ha luchado por justicia, al igual que la madre de Nataly, pero aún no han logrado que los responsables enfrenten consecuencias.
Estos accidentes no solo reflejan la tragedia de la pérdida de vidas inocentes, sino también la falta de responsabilidad de algunos conductores y el vacío en el sistema judicial que dificulta la búsqueda de justicia para las víctimas. La indignación en Nuevo León crece, y las madres afectadas siguen buscando respuestas, esperando que el sufrimiento de sus hijas no quede en el olvido.
Nuevo León se enfrenta a un desafío en la lucha por mejorar la seguridad vial y garantizar que los responsables de estos trágicos eventos enfrenten las consecuencias de sus acciones. Las familias afectadas insisten en que no descansarán hasta ver justicia para los niños que perdieron la vida en estas circunstancias.
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